martes, 21 de febrero de 2012

MI EXPERIENCIA CON LA EVALUACIÓN

Es claro que a la hora de evaluar surge en los estudiantes un temor característico, que  incluso es independiente en muchas ocasiones del nivel de preparación de la prueba. Recuerdo un curso en la Universidad de Antioquia sobre diseño de reactores, donde el profesor  decía todos los semestres: “ganen la materia antes del final, pues en  35 años como docente de ésta materia, nadie lo ha ganado”. Ha que orgullo, pensaba el “viejito”… como lo llamábamos de cariño, pero claro, una prueba para votar cabezas, lo presentábamos 10 estudiantes en un auditorio para 300 personas y podíamos llevar de todo, libros, apuntes, ejercicios resueltos, diseños previos, incluso hasta un profesor en el bolsillo, pero ¿para qué’? ya se sabía lo que pasaría…nadie ganaba ese final, y el viejito murió y nadie lo superó … se llevó esa felicidad a la tumba; pero claro un diseño que  debía hacerse entre 8 y 15 días, nos daba 6 horas de estrés para realizarlo, pero bueno todos lo sabíamos, no se podía hacer en tan poco tiempo, sin embargo colaborábamos con su felicidad al ser cómplices de semejante esperpento.

Esta experiencia me hace pensar en los momentos donde voy a evaluar un  alumno, incluso desde el momento  mismo en el que construyo la evaluación; y entonces se me ocurren muchas preguntas donde a veces mi sistema evaluativo se queda corto, pues no sé la manera más honesta de preguntar sin llegar a ser demasiado práctico o   excesivamente teórico, o que la evaluación sea tan fácil que para la siguiente prueba el estudiante ya no quiera ni estudiar o   poner atención en clase pues las temáticas son triviales, o demasiado dura para desanimar o entorpecer el proceso de aprendizaje pues el estudiante puede generar repulsiones y pereza a la materia y conlleve a problemas ya no académicos si no de convivencia; pero bueno la evaluación debe estar  siempre presente,  pues con ella comprobamos los procesos de enseñanza y aprendizaje y en muchas otras ocasiones podemos medir otros procesos y sentires de nuestros alumnos.

¿Cuál es el mejor sistema de evaluación?, ¿el más objetivo?, no lo sé, pero cada vez aprendo más de mis errores; recuerdo algunos profesores de bachillerato y Universidad que nos hacían aprender una gran cantidad de información para recitar en sus evaluaciones, palabras que repetíamos sin ningún significado ni apropiación, simplemente un trabajo memorístico; y encontraba entonces en ese sistema, la diferencia entre el buen y el mal estudiante: El mal estudiante era aquel que se le olvidaba todo antes de la evaluación, y el buen estudiante era aquel que se le olvidaba todo después de la evaluación. Pero bueno todavía hay muchos de éstos docentes que no terminan de vanagloriarse por su “exigencia”: “me perdieron 38 de 40 estudiantes el curso, estos muchachos de hoy ya no sirven, no estudian nada”, y ¿dónde esta pues el verdadero proceso de enseñanza?, ¿Donde está el momento donde se cautiva el alumno y se le incita a desarrollar procesos de aprendizaje significativo?, bueno, para muchos docentes eso ni existe, simplemente son unos depositarios de información que recitan sus clases de igual forma que las aprendieron, sin  ninguna reflexión, convencimiento ni aplicación cotidiana, como si el conocimiento apareciera de la nada y no tuviera contexto alguno.

Evaluar es una buena forma de aprender de nosotros mismos, de nuestras falencias a la hora de educar, que nos pueden llevar a buscar otras alternativas para cautivar al alumno y facilitar los procesos de enseñanza y aprendizaje; somos un blog editable, no sólo por nosotros mismos sino también por nuestros alumnos.

2 comentarios:

  1. Lino que buena reflexión y que agradable escritura. Creo que el próximo paso es comenzar a tratar de dar algunas respuestas a estas preguntas, por supuesto no serán respuesta definitivas pero sí respuestas que permitan orientar nuestras prácticas. ¿Qué podría aportarnos la mediación tecnológica en dichas respuestas?. Mario en su blog trae una cita de Elena Barberá quien se ha intentado responder estas preguntas desde los aportes de la tecnología. ¿que podemos decir es esto?
    http://revistas.um.es/red/article/view/24301

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  2. La evaluación debe ser un proceso permanente que permita a los estudiantes, dentro de sus posibilidades, limitaciones, y diferentes estilos de aprendizaje, poder apropiarse del saber a su nivel. Por esta razón trato de utilizar un amplio abanico de técnicas evaluativas que puedan responder a esos estilos y esas individualidades que cada sujeto lleva consigo. Más aún en el aprendizaje de una lengua extranjera, cada sujeto se ayuda de aquellas habilidades que le son más cercanas (escritura, producción oral, escucha, lectura) y que le permiten estructurar su competencia comunicativa en términos de (Oxford, 1980) comprensión, producción e interacción.

    Los maestros en general deberían aprovechar este momento coyuntural que vivimos, con respecto al ingreso de nuevas tecnologías que podrían facilitar muchos de los procesos de enseñanza y aprendizaje, y por supuesto las prácticas evaluativas que siempre estarán presentes en nuestro quehacer pedagógico. Sin embargo, se requiere un cambio de perspectiva, de metodología, de estrategia... que permitan adquirir una disposición abierta a las transformaciones más necesarias...

    ¿cambio de metodologías?.. http://www.educacontic.es/blog/evaluacion-las-tic-tiran-de-la-manta / en esa tarea estamos, verdad?

    Gracias por tan valioso aporte maestro!

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